Brujería, nace de la posesión de un espacio, en el cual dieciocho jóvenes artistas llevan a cabo diariamente una serie de rituales, cuyo fin es ratificar la importancia, perpetuar la memoria, reivindicar el prestigio y la relevancia de la Facultad de Bellas Artes en la historia del arte de la ciudad de Barranquilla y el país.

El objeto de este acto ritual es purgar, limpiar, desatar los amarres que ha padecido este ente con el paso de los años, debido a la desidia producto del desmedido aquelarre consentido, que lo ha precipitado a una oscuridad  solo comparable con un entierro vudú, donde la única opción es sucumbir casi que voluntariamente a un espiritismo insulso.

Es aquí cuando brujería aparece como un ente inquisidor, que se vale de artimañas, sacrilegios, carabelas, inciensos, tabacos y pociones para crear reales amuletos  de arte que rinden culto a una cacería de brujas y a un arte verdaderamente supremo, el cual es el único que ofrece una aseguranza que libera de arder en una hoguera de mentira y ponzoña, pero sobre todo del limbo de la maldita duda.

 

MENTIRA!!!... BRUJERÍA!!!... es simplemente el resultado del empaquite de un grupo de pelaos poseídos por las ganas, el entusiasmo y sobre todo unas aptitudes que trabajan en función de la defensa del arte de la ciudad y en la recuperación de la jerarquía de la facultad de Bellas Artes  a través de una impecable producción artística, que resucita al quehacer y al taller, y que a lo único que invocan es a un auténtico espíritu del arte, para conseguir al final lo más interesante de esta forma de vida, incluyendo la devoción y el fervor hacia esa deidad conformada por la fama y el dinero, prescindiendo de toda esa verborrea conceptual sobre valorada.